Soy yo de nuevo, con la tercera parte de mi historia como gestante subrogada. Si no nos has ido siguiendo hasta ahora, aquí tienes el link a la Parte I y el link de la Parte II.
La Parte II terminó con la confirmación del embarazo. Solo unos momentos después de recibir el email de la clínica confirmando mi embarazo, envié un What´sApp a los futuros padres diciendo, “¡Enhorabuena! ¡¡¡No sé si habéis visto el email de la clínica, pero vais a tener un bebé!!! ¡Chicos estoy muy muy muy feliz por vosotros¡
Normalmente si los futuros padres son una pareja internacional, la gestante conoce a los padres al principio, tal y como hice yo, pero lo más frecuente es que la siguiente vez que se vean sea al final cuando el bebé va a nacer. Mark y yo tuvimos la suerte de que los futuros padres pudieron venir a vernos durante el embarazo.
Estuvimos encantados de organizar una Barbacoa en nuestra casa para ellos el fin de semana del Dia del Trabajador a la que también invitamos a Carol y a su familia. ¡¡Yo estaba muy feliz ese dia!! Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, abrir la puerta y abrazar a los dos. Recuerdo tener un sentimiento de alegría y gratitud por estar en esta aventura con ellos. Nuestra conexión con ellos fue inmediata. No hubo ningún momento extraño ni incómodo. Mi marido y yo, y nuestros hijos nos sentimos apreciados pero incluso más importante, había gratitud. Vimos claramente que estábamos haciendo algo más que cumplir con un contrato.
Ellos volvieron a casa, pero ya no parecía tan lejos como antes. Nuestra relación con ellos tuvo un profundo cambio durante su visita. Hacíamos Skype por lo menos una vez al mes y chateamos por What´sApp varias veces a la semana. Nunca he estado tan agradecida a la tecnología como durante esta experiencia. En la mayoría de mis citas médicas Shannon pudo contactar con ellos a través de FaceTime, así podían ver a su bebé en tiempo real y hablar con el médico. Incluso a miles de kilómetros de distancia y zonas horarias opuestas, estábamos en esta aventura juntos.
Echando la vista atrás, puedo recordar unos cuantos momentos realmente maravillosos a lo largo de este embarazo. Si tuviera que escoger uno, escogería el momento en que conocí a los abuelos maternos del bebé por Skype. Era alucinante, impresionante y apabullante ver la cantidad de gente que estaba pendiente del pequeño ser que estaba creciendo en mi barriga. Como su hija y su yerno, nos recibieron en su familia con los brazos abiertos. Todos llorábamos en aquel momento ¡y ahora estoy llorando también al recordarlo en este momento!
A medida que el embarazo progresaba, sentí que mi papel era mostrar suficiente seguridad y optimismo ante todos. Solía mandar mensajes como “el año que viene estas fiestas van a ser algo distintas! Y “ ¡¡en x semanas estaréis viendo a vuestro bebé con vosotros!!” Pareció dar sus frutos porque poco después recibí un mp3 con la canción de su boda que me pidieron que pusiera para su bebé. ¡Me dieron una idea! Aproximadamente hacia la semana 27 fui a una clínica de ecografías para que me hicieran un video del latido cardíaco del bebé junto con un monito de peluche. Se lo envié porque estaba muy contenta de que tuvieran un recuerdo tangible de lo que venía en camino.
Fue probablemente durante el tercer trimestre cuando los futuros padres se empezaron a preparar activamente para la llegada del bebé. Nuestros skypes evolucionaron a hablar de todo lo que necesitaría el bebé y cosas que comprar. Comenzaron a compartir todas sus compras conmigo y me emocionó saber que su hija utilizaría el mismo moisés en el que había dormido su madre de bebé. Había incluso un trajecito concreto que tanto la futura mamá como su hermana habían utilizado para irse a casa desde el hospital cuando nacieron. Si aún no te has dado cuenta de lo sentimental que soy, he de confesar que saber esos detalles me emocionó mucho. De hecho, recuerdo decirle a mi marido después que eso es por lo que yo conservo tantas cosas de mis hijos. Otro de los grandes momentos de esta aventura fue cuando me enteré que las amigas de la futura madre habían organizado una baby shower sorpresa para ella. Cuando me envió las fotos, ambas lloramos de alegría de nuevo. ¡¡Aunque suene a que lloramos todos el rato, os prometo también que nos reímos muchísimo!!!
¡¡¡Seguid atentos que viene el dia del parto!!!