Mi viaje en la subrogación comenzó por mi propia lucha personal contra la infertilidad. Después de años de intentarlo, finalmente tuvimos éxito y hoy en día somos padres orgullosos de dos hijos maravillosos. Esta experiencia me dio una idea clara como es la lucha de las parejas por superar este problema. Recuerdo como si fuera ayer mismo a muchas mujeres en la sala de espera del consultorio del médico. La voluntad de ayudar a otras parejas es lo que me iba a permitir marcar la diferencia.
Entré en contacto con la clínica que nos ayudó a tener nuestra familia y le pregunte al doctor, “Si yo hubiera necesitado una Madre Subrogada, ¿a quién me hubieras recomendado?”. Ella no dudó y dijo: “Hay una empresa en Lake Forest que se llama Building Families. Si estás segura de que quieres hacer esto, tienes que trabajar con ellos.” ¡No podía imaginarme que esta pequeña pregunta y conversación me llevarían a vivir unas de las mejores experiencias de mi vida!
En diciembre de 2008, di a luz a los gemelos de una pareja increíble. Nuestra relación se había vuelto muy profunda, no sólo por el embarazo que compartimos, sino por algunos contratiempos que tuvimos al comenzar el viaje, que no hicieron más que hacernos más fuertes y determinados a construir esta familia. Incluso ahora, nuestra relación florece más allá de la subrogación y de la amistad, somos una familia.
Ese viaje en la subrogación fue tan perfecto que no me podía imaginar ayudar a otras parejas. Le dije a Carol que había terminado y que le agradecía para siempre la experiencia. Ella aceptó mi decisión por supuesto, pero ahora, en retrospectiva, ¡ella sabía que iba a volver! No se sorprendió cuando la llamé alrededor de un año más tarde pidiendo reunirme de nuevo con el Programa. Y así, fui bendecida con otra pareja que realmente necesitaba mi ayuda.
La experiencia fue diferente a la de mi primer viaje pero aún así fue completamente satisfactoria. Ese caso podría haber sido un récord en cuanto a la rapidez desde que fueron aceptados en el programa hasta que se fueron a casa con su bebé en mayo de 2011. ¡Todo fue sobre ruedas! !Y esta vez, no sólo le regale a la pareja un bebé hermoso y sano, sino que además fue una niña para que fuese bendecida por su hermano mayor!
Esta vez no había duda: le dije a Carol, “Esta es la última ¿de acuerdo?” Mi 40 cumpleaños se acercaba y si quería ayudar a otras parejas, obviamente, tenía que ser pronto. Así que un año más tarde, estaba en el proceso de nuevo. Con dos cesáreas en mi haber, Carol quería asegurarse de que estaba completamente recuperada antes de comenzar un nuevo proceso. Así pues, mi tercera subrogación comenzó con algunos baches en el camino, pero al final, en junio de 2013 una dulce bebé nació para llenar el seno de una nueva y maravillosa familia. Y aunque el final fue un poco agridulce, me emocionaba pensar que había cumplido mi objetivo ayudando a crear una nueva familia, pero también sabía que había llegado el final de mi papel como madre subrogada. Este bebé nació 10 años después del nacimiento de mi primer hijo.
El ser una Madre Subrogada ha cambiado mi vida y la de mi familia. Mis hijos, mi esposo y yo nos hemos unido y llegado a querer a personas fuera de nuestra familia como si perteneciesen a ella. Hemos compartido los sacrificios y las bendiciones y al final estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho juntos. Ayudar a las parejas a convertirse en una familia completa, es algo que nunca olvidaré. La confianza que cada uno me han dado además a supuesto una lección de humildad. Estas experiencias siempre supondrán algunos de mis mayores logros.